Por qué estudiar en una escuela de negocios: 4 razones clave

12 de agosto de 2025
Razones para estudiar en una escuela de negocios

Las escuelas de negocios han desempeñado un papel esencial en la evolución económica contemporánea. Desde la fundación de Wharton en 1881 y Harvard Business School en 1908, hasta la llegada del modelo a Europa tras la Segunda Guerra Mundial —impulsado por el Plan Marshall—, estas instituciones han formado a generaciones de directivos capaces de liderar empresas y organizaciones en contextos cambiantes.

En España, la creación de EOI en 1955, IESE y ESADE en 1958 o IE Business School en 1973 marcó el inicio de un recorrido que ha sabido adaptarse a cada época: primero industrialización y productividad, después apertura internacional y, hoy, digitalización, ética corporativa y sostenibilidad.

Para todas las personas que buscan mejorar competencias y adquirir formación especializada para mejorar su trabajo, ya sea a través de un MBA de posgrado, un Executive MBA u otro programa de formación de gestión empresarial, una escuela de negocios ofrece un entorno donde adquirir conocimientos actualizados, visión global y contacto directo con el tejido empresarial.

A continuación, se explican las 4 razones principales para estudiar en una escuela de negocios:

1. Formación práctica con impacto directo en la empresa

El aprendizaje en una escuela de negocios no se limita a la teoría: se apoya en el principio de “aprender haciendo”. Desde el primer día, los estudiantes participan en proyectos reales, simulaciones de mercado y consultorías con empresas que plantean desafíos auténticos.

En los MBA y otros programas de prestigio de las mejores escuelas de negocios del mundo, es habitual que cada grupo actúe como consultor para una compañía antes de finalizar el curso. Este enfoque se materializa en:

  • Simulaciones corporativas que reproducen decisiones de alto impacto.
  • Proyectos emprendedores desarrollados junto a directivos y mentores en activo.
  • Evaluaciones por resultados, que miden la aplicación práctica de cada herramienta aprendida.

Fomentar el espíritu emprendedor forma parte del ADN de estas instituciones. El alumnado trabaja en ideas innovadoras y redacta planes de negocio que abarcan todas las áreas de la empresa o, en programas especializados, un sector concreto.

Este enfoque tiene resultados medibles: según estudios recientes del sector, el 68 % de los titulados cambia de puesto o asciende en el año posterior a su graduación, un indicador claro de que la formación recibida se traduce en oportunidades reales. Por ello, la formación práctica es una de las razones para estudiar en una escuela de negocios.

2. Desarrollo de una visión global del mundo empresarial y liderazgo consciente

Una escuela de negocios forma a profesionales capaces de entender la empresa como un sistema interconectado, donde cada decisión repercute en finanzas, operaciones, marketing, marco jurídico y sostenibilidad empresarial. Este aprendizaje integral se complementa con el desarrollo de competencias transversales de gestión así como otras habilidades blandas que hoy son imprescindibles para dirigir con éxito en entornos complejos:

  • Comunicación profesional —oral y escrita— adaptada a audiencias diversas.
  • Inteligencia emocional y capacidad para ejercer un liderazgo empresarial responsable.
  • Pensamiento estratégico y adaptación ágil ante cambios o crisis.

Este enfoque convierte a perfiles técnicos o muy especializados en directivos con visión global, capaces de tomar decisiones alineadas con la estrategia y los valores de la organización.

Ejemplo real: en una sesión de transformación digital, un grupo de ingenieros diseñó la hoja de ruta para que una pyme del sector alimentario iniciara su canal de venta en línea. La implementación del plan elevó la facturación un 22 % en solo seis meses, demostrando que una combinación de conocimientos técnicos y visión empresarial puede transformar resultados.

Cuatro razones para estudiar en una escuela de negocios

3. Red internacional y experiencia multicultural en el aula

En una escuela de negocios conviven perfiles procedentes de distintos países, sectores y trayectorias. Esta diversidad no es casual: responde a la necesidad de formar líderes capaces de moverse en entornos globales, pero con la sensibilidad para adaptarse a realidades locales, lo que algunos expertos llaman glocalización.

Además, a este motivo para estudiar e una escuela de negocios se suma la posibilidad de compartir proyectos con profesionales de diferentes culturas amplía la perspectiva y enriquecer la toma de decisiones. Además, el networking es una actividad que se fomenta en las escuelas de negocios que tiene como fin construir una red de contactos internacional que se convierte en un activo profesional de largo recorrido.

Entre los beneficios tangibles de la experiencia de estudiar en una escuela de negocios destacan:

  • Trabajo en equipos interculturales, que potencia la creatividad de las soluciones y la capacidad de negociación en contextos diversos.
  • Acceso a una red global de contactos, útil tanto para cambiar de sector como para emprender o internacionalizar una empresa.
  • Programas con rotaciones internacionales, que facilitan la inmersión en otros ecosistemas empresariales y el entendimiento de nuevos mercados.

Un estudio interno de IE Business School muestra que el trabajo en equipos con diversidad cultural puede incrementar en un 35 % la creatividad de las propuestas. Asimismo, la participación en foros de empleo internacionales abre puertas a vacantes en varias regiones del mundo, multiplicando las oportunidades de desarrollo profesional.

4. Estudiar en una Escuela de Negocios da credibilidad profesional y prestigio

La reputación y la calidad académica son factores determinantes a la hora de elegir una escuela de negocios. Un reducido grupo, menos del 1 % en todo el mundo, cuenta con la triple corona de acreditaciones internacionales (AACSB, EQUIS y AMBA), lo que certifica estándares muy exigentes en docencia, investigación, profesorado y conexión empresarial. En España, IESE, IE o ESADE forman parte de este selecto círculo, con presencia constante en rankings como Financial Times, QS o Bloomberg.

No obstante, el valor de una escuela de negocios no depende únicamente de sus acreditaciones internacionales. Existen muchas instituciones, incluidas escuelas regionales o especializadas, que ofrecen una formación sólida, actualizada y directamente conectada con las necesidades del mercado labora y empresas. Estudiar en una de estas escuelas de negocios también aporta beneficios importantes:

  • Programas adaptados a la realidad empresarial, que permiten aplicar lo aprendido de forma inmediata en el entorno laboral.
  • Acceso directo a empresas y redes profesionales del área geográfica o sector en el que se quiere crecer.
  • Metodologías prácticas como el método del caso, centradas en el alumno, con un seguimiento cercano que facilita el aprendizaje y la aplicación real de conocimientos.
  • Precios de los programas más accesibles, que amplían las posibilidades de cursar una formación de calidad.

En definitiva, tanto las escuelas con acreditaciones globales como las que destacan a nivel nacional o regional comparten un mismo objetivo: mejorar las competencias directivas, ampliar las oportunidades de carrera y generar un impacto positivo en la trayectoria profesional. La clave está en elegir la escuela de negocios que mejor se ajuste a los objetivos, el presupuesto de cada uno destinado a formación y el proyecto de futuro de cada persona.

¿Universidad  o escuela de negocios?

Aunque tanto una escuela de negocios como una universidad son centros de formación superior que cumplen una función esencial en la preparación académica y profesional de sus estudiantes, la metodología, el perfil docente y la conexión con el mercado marcan claras diferencias, como se puede observar en la siguiente tabla comparativa:

Elemento Universidad Escuela de negocios
Metodología Predominan las clases magistrales y la evaluación teórica. Aprendizaje basado en casos reales, proyectos aplicados y feedback constante.
Perfil docente Profesorado con trayectoria principalmente académica e investigadora. Directivos y profesionales en activo, con experiencia operativa en empresas de referencia.
Vínculo con empresas Depende de cada facultad y departamento. Colaboración permanente con compañías y organismos sectoriales.
Retorno profesional (3 años) Mejora salarial moderada y progresiva. Ascensos más rápidos y aumentos salariales significativos.

Razones para estudiar en una escuela de negocios y su impacto en la carrera profesional

Estudiar en una escuela de negocios ofrece beneficios claros que pueden impulsar de forma directa la carrera profesional. La siguiente tabla recoge las principales razones para hacerlo y el valor añadido que aporta cada una de ellas:

Razón Valor añadido
Formación aplicada y emprendedora Experiencia directa mediante proyectos de consultoría y simulaciones de alto nivel.
Visión estratégica integrada Desarrollo de liderazgo consciente y perspectiva global para tomar decisiones.
Comunidad internacional Red profesional activa y útil desde el primer día.
Acreditación de prestigio Credibilidad académica y reconocimiento en el mercado laboral global.